Este es el primer polvorín con el que contó la fortaleza y fue construido una vez finalizada la Guerra de Sucesión, entre 1713 y 1715.
El polvorín es el edificio destinado a almacenar la pólvora y otros materiales explosivos. Tiene capacidad para albergar hasta un total de 25.000 kilos de pólvora y por eso es el edificio más fortificado de todo el castillo, ya que una explosión del polvorín podría ser una fatalidad para la integridad de la fortaleza. Su aspecto corresponde al tradicional en este tipo de instalaciones, caracterizado por los típicos contrafuertes, unas pequeñas ventilaciones en las paredes del edificio y su muro circundante.
Actualmente mantiene la misma estructura y se ha instalado un audiovisual para explicar su uso y funciones.